
Guía de los 30 lugares de Islandia que no te puedes perder
Islandia es una locura. Tienes aguas termales junto a glaciares, cascadas por todos lados y paisajes que no has visto en tu vida. A algunos sitios llegas en coche sin problema; en otros necesitas un buen todoterreno y saber lo que haces. Pero cada rincón merece la pena.
En esta guía te enseño los 30 sitios que no puedes perderte. Algunos son súper conocidos, mientras que otros son joyas que casi nadie conoce. Te explico qué tiene de especial cada sitio, cómo llegar y qué esperar para que no pierdas el tiempo ni el dinero.
1. Blue Lagoon
La Laguna Azul está en medio de rocas volcánicas negras, a unos 20 minutos del aeropuerto de Keflavik. Mucha gente cree que es natural, pero no lo es. Ese agua azul lechoso viene de una central eléctrica que hay cerca, pero no por eso deja de ser flipante. El agua está calentita todo el año y el barro de sílice te deja la piel que ni los bebés. Puedes pedir copas sin salir del agua y hasta te dan masajes mientras flotas por ahí.
Tienes que reservar por internet con bastante tiempo porque se llena, sobre todo en temporada alta. La entrada básica ronda los 65 €, pero los paquetes premium con toallas y mascarillas faciales merecen mucho la pena (lógicamente son más caros). Evita ir a mediodía, que es cuando llegan los autobuses de turistas. Ve por la mañana temprano o por la tarde, o incluso por la noche. Ir en invierno es una pasada. Imagínate ahí, remojándote en agua caliente y azul, mientras nieva alrededor, a lo mejor, hasta con auroras boreales por encima.

2. Reikiavik
Reikiavik tiene más marcha en un espacio pequeño que ciudades el doble de grandes. El centro, por la calle Laugavegur, tiene casas de colores, arte callejero súper chulo y cafeterías donde sirven desde comida nórdica de la buena hasta todo tipo de cocina internacional. La iglesia Hallgrímskirkja tiene un diseño rarísimo, como de cohete, y unas vistas desde arriba que quitan el hipo. El Auditorio Harpa, al lado del puerto, es bastante chulo con todas esas cristaleras.
Usa Reikiavik como base para hacer excursiones de un día por el país. Toda la ciudad va con energía limpia, lo cual está bastante bien. Prueba los perritos de Bæjarins Beztu. Hasta Bill Clinton se comió uno ahí. Ve a una de las piscinas públicas, como Laugardalslaug, para ver cómo viven los locales el tema de las piscinas calientes. Si estás aquí en noviembre, el festival de música Iceland Airwaves convierte la ciudad en una fiesta gigante.

3. Cañón Fjaðrárgljúfur
Este cañón de 2 kilómetros va serpenteando por el paisaje con paredes de 100 metros de altura cubiertas de musgo verde. El río del fondo se ve pequeñísimo desde arriba. Tiene algo mágico que te hace entender por qué en Islandia hay tantas historias de elfos y todo eso.
El cañón está cerca de Kirkjubæjarklaustur, en la costa sur. Se hizo súper famoso después de que Justin Bieber y Juego de Tronos grabasen aquí, así que tuvieron que cerrarlo en 2019 para arreglarlo. Ahora han puesto plataformas nuevas para proteger el musgo de tanta pisada. El camino por el borde, que es súper relajado y agradable, lleva entre 30 y 45 minutos.

4. Parque Nacional Þingvellir
En Þingvellir puedes caminar literalmente entre dos continentes. Las placas de América del Norte y Eurasia se están separando aquí, creando un valle de fisura enorme con grietas, cañones y cascadas. También es donde se creó el parlamento más antiguo del mundo, en el año 930. Los vikingos se reunían en la Roca de la Ley para discutir leyes y resolver problemas.
Está a 45 minutos de Reikiavik en la ruta del Círculo Dorado. Entrar es gratis y aparcar cuesta unos 5€. La fisura Silfra tiene el agua más clara que vas a ver en tu vida. Puedes hacer snorkel o buceo entre los continentes si no te importa el agua helada. Las vistas desde la fisura Almannagjá son brutales, y el camino por ella desde el parking termina en Öxarárfoss, una cascada bastante y fácil de visitar.

5. Gullfoss
Gullfoss se desploma 32 metros en dos saltos enormes hacia un cañón estrecho. Cuando el sol le da a la neblina como toca, tienes arcoíris por todos lados. Por eso la llaman la "Cascada Dorada". En verano pasa tanta agua que llenaría una piscina olímpica cada 15 segundos. El ruido es bestial, como un trueno constante.
Esta cascada estuvo a punto de convertirse en una presa a principios del siglo XX, pero una mujer local se opuso para salvarla. Puedes acercarte hasta el borde y empaparte con las gotas. En invierno se congelan partes y se forman esculturas de hielo enormes. En la cafetería que hay cerca se sirven sopa caliente, café y otras cosas calientes que vienen bien si te has acercado demasiado a la cascada y te has empapado.

6. Seljalandsfoss
Seljalandsfoss te deja hacer algo que ninguna otra cascada grande del país puede: caminar por detrás de su caída de 60 metros. Hay un sendero que te lleva a una especie de cueva detrás del agua. Te vas a empapar por completo, pero mola bastante. El agua proviene del glaciar Eyjafjallajökull, el mismo volcán que interrumpió el tráfico aéreo mundial en 2010 con su ceniza.
Está justo al lado de la Ring Road, así que llegar es facilísimo. Camina 500 metros hacia el norte para encontrar Gljúfrabúi, una cascada escondida metida en un desfiladero estrecho. Tienes que vadear por un arroyo para verla bien, pero merece la pena. Trae ropa impermeable, zapatos y calcetines de repuesto. El atardecer aquí se ve impresionante en las fotos y puedes acampar cerca.

7. Parque Nacional Snæfellsjökull
Este parque nacional, situado en la Península de Snæfellsnes, lo tiene todo: playas de arena negra, acantilados llenos de pájaros, campos de lava y ese volcán místico de 1.446 metros. Este volcán con un glaciar en su cima inspiró "Viaje al Centro de la Tierra" de Jules Verne. Es como una Islandia en miniatura, porque ves un montón de paisajes diferentes.
Date una vuelta en coche para ver la playa de Djúpalónssandur, con trozos de barcos antiguos hundidos, el pueblo de Arnarstapi, con arcos marinos, y el cráter Saxhóll, al que además puedes subir. El parque tiene rutas de senderismo y tours por cuevas de lava por todas partes. Incluso en días despejados, el volcán se hace su propio tiempo, así que lleva ropa de abrigo. Mucha gente dice que siente algo especial aquí. Si eso es real o solo por el paisaje tan dramático, el sitio, desde luego, tiene un rollo único.

8. Skógafoss
Skógafoss es fuerza bruta a lo loco. Tiene 60 metros de altura y crea arcoíris dobles en días soleados. Puedes acercarte hasta la base y sentir cómo tiembla el suelo, o subir 527 escalones hasta arriba para ver el océano y la cascada desde arriba. Aquí empieza el famoso Sendero Fimmvörðuháls, que atraviesa dos glaciares. También está en la costa sur, muy cerca de Seljalandsfoss, y al lado de la Ring Road.
La leyenda dice que un vikingo escondió un tesoro detrás de las cascadas, y mucha gente jura que ve oro brillar en los arcoíris. El museo Skogar, que está cerca, te enseña cómo vivían los islandeses hace siglos en las míticas casas con tejado de hierba. Los frailecillos anidan en los acantilados en verano, aunque no es el mejor sitio para verlos. Rodaron escenas de Juego de Tronos y Thor aquí, lo que atrae más gente, pero si vas temprano por la mañana aún puedes estar tranquilo.
Esta es mi cascada favorita de todo el país

9. Playa de arena negra Reynisfjara y Reynisdrangar
Esta playa de arena negra es muy especial. La arena proviene de ceniza volcánica y tiene enormes columnas de basalto que emergen de la playa en patrones geométricos súper raros. También llaman la atención los pilares marinos de Reynisdrangar, que se alzan del océano con sus formas altas y puntiagudas. Las historias dicen que son trolls que se convirtieron en piedra por la luz del sol.
La playa es preciosa pero peligrosa. Las olas traicioneras han arrastrado a gente al Atlántico, así que nunca le des la espalda al agua ni te acerques a la orilla. Los frailecillos anidan en los acantilados de mayo a agosto. Está cerca del pueblo de Vík, que es una parada chula en tu ruta por la costa sur. El contraste entre el blanco y el negro hace que todas las fotos queden súper dramáticas.

10. Laguna Glaciar Jökulsárlón
Icebergs del tamaño de una casa flotan por esta laguna después de desprenderse de un glaciar enorme. Las focas nadan entre los trozos de hielo, y toda la escena cambia constantemente mientras los témpanos van flotando hacia el océano. La laguna se formó hace no tanto, en los años 30, cuando el glaciar empezó a retirarse, y ahora hay partes que llegan a los 284 metros de profundidad.
Puedes hacer tours en barco (e incluso en kayak) de mayo a octubre, con precios que van desde los 45 hasta los 105 euros. Con los tours te acercas muchísimo a los icebergs y tienes guías que te cuentan cosas súper interesantes de la laguna, el glaciar e Islandia en general. Está justo al lado de la Ring Road, así que puedes venir todo el año. Trozos de hielo llegan a la Playa de los Diamantes, que está justo al lado, formando esculturas de cristal sobre la arena negra.
Jökulsárlón es tan espectacular que rodaron películas de Batman y de James Bond.

11. Skaftafell / Parque Nacional Vatnajökull
Skaftafell es como un oasis verde rodeado de desiertos negros y glaciares blancos. Está dentro del parque nacional más grande de Europa, Vatnajökull, y tiene de todo: desde paseos fáciles hasta aventuras por el glaciar. El centro de visitantes tiene mapas e información sobre el estado de los senderos y las diferentes atracciones dentro del parque.
Puedes hacer senderismo a cascadas como Svartifoss en una hora o pasarte todo el día en tours por el glaciar con guías (entre 110€ y 140 €). Las cuevas de hielo abren de noviembre a marzo, cuando están lo suficientemente estables como para explorarlas. La zona tiene su propio microclima, lo que hace que la vegetación crezca súper verde. Puedes acampar aquí o quedarte en un hotel cercano para tener los senderos a mano desde primera hora de la mañana.

12. Svartifoss
Svartifoss, la "Cascada Negra", cae 20 metros sobre columnas oscuras que parecen tubos de órgano. Estas formas geométricas inspiraron el diseño de la iglesia Hallgrímskirkja en Reikiavik. El contraste entre el agua blanca y la roca negra la convierte en una de las cascadas más fotografiadas de Islandia.
El paseo desde Skaftafell dura una hora y media o dos horas de ida y vuelta, y pasas por cascadas más pequeñas por el camino. Las columnas se formaron cuando la lava se enfrió lentamente durante millones de años. Los senderos se embarran, así que ponte botas buenas. Ve por la tarde, cuando la luz le da a la cascada de forma perfecta, y combina la visita a la cascada con otros paseos por Skaftafell.

13. Kirkjufell y Kirkjufellsfoss
Kirkjufell es una montaña triangular que se alza en la Península de Snæfellsnes. Júntala con la cascada Kirkjufellsfoss delante y tienes el combo más fotografiado de Islandia. La montaña, de 463 metros, está ahí sola, moldeada por glaciares que la han ido erosionando durante miles de años.
El sitio típico para fotos está justo al lado de la cascada, súper fácil de llegar desde el pueblo de Grundarfjörður. En invierno viene gente esperando ver las auroras boreales bailando sobre la montaña, mientras que en verano puedes hacer fotos bajo el Sol de Medianoche. Los fans de Juego de Tronos la reconocerán como la "montaña punta de flecha". Aunque es famosa, no está tan petada como otros sitios.

14. Landmannalaugar
Landmannalaugar es un espectáculo. Las montañas de riolita están pintadas de rojo, amarillo, verde y rosa por los minerales de la roca. Puedes bañarte en aguas termales naturales mientras estás rodeado de este paisaje súper colorido. Solo puedes llegar aquí con un 4x4 o autobús especial, ya que está en las Tierras Altas del sur, dentro de la Reserva Natural Fjallabak.
La zona está abierta de junio a septiembre, cuando las carreteras F están operativas. Los paseos de día incluyen un bucle de 4 kilómetros alrededor de la colorida montaña Brennisteinsalda. El famoso sendero Laugavegur, de 55 kilómetros hasta Þórsmörk, empieza aquí. Reserva las cabañas de montaña con mucho tiempo de antelación (unos 55 € por noche) porque se llenan enseguida. El viaje por la F208 o la F225 te hace sentir súper aislado, con cruces de río y vistas que te van a dejar alucinando.

15. Dettifoss
Dettifoss es la segunda cascada más potente de Europa. Cae 44 metros con más fuerza que cualquier otra: 193 metros cúbicos por segundo de media (hasta 500 en pleno verano). Vas a sentir las vibraciones en el pecho antes de verla siquiera a través de la nube de neblina que se crea a su alrededor.
Puedes acercarte desde el este (carretera asfaltada) o desde el oeste (grava, necesitas un 4x4). La ruta del este es más fácil, pero las dos molan. Ridley Scott rodó Prometheus aquí por lo potente que es. Estar en el mirador realmente te hace sentir diminuto. Las paredes del cañón muestran millones de años de historia volcánica en sus capas de roca.
Un poco más abajo de Detiffoss está Selfoss, otra cascada preciosa que merece la pena visitar.

16. Zona del Lago Mývatn
El lago Mývatn está en medio de esta área volcánica llena de cosas que hacer. Tienes cráteres falsos en Skútustaðagígar, formaciones de lava rarísimas en Dimmuborgir, pozos de barro burbujeante en Hverir, el cráter Hverfjall, al que puedes subir y recorrer su anillo, y decenas de senderos estupendos. Toda esta zona se formó durante miles de años de erupciones.
El nombre significa "Lago de Mosquitos". En verano vas a entender por qué cuando veas a las diminutas moscas en enjambre por todos lados. Lleva una red para la cabeza en junio y julio. Los Baños Naturales de Mývatn son como una versión más tranquila de la Blue Lagoon por 50 €. La NASA entrena astronautas aquí porque el terreno es súper raro. Cada sitio te cuenta una historia diferente de cómo los volcanes moldearon Islandia.

17. Húsavík
Húsavík se autodenomina la capital de avistamiento de ballenas de Islandia, y lo demuestra: 99% de probabilidades de ver ballenas jorobadas, ballenas minke o delfines en verano. Las aguas ricas en alimento de la bahía atraen vida marina, mientras que el colorido pueblo alberga un museo de ballenas genial y ofrece un ambiente acogedor en la zona del puerto y por todas sus callecitas.
Los tours cuestan unos 110 € y puedes hacerlos en distintos tipos de barcos: desde barcos de madera tradicionales hasta modernos eléctricos. El Museo de Ballenas tiene esqueletos de ballenas y exposiciones interactivas chulísimas. Los baños GeoSea, al borde del pueblo, cuentan con piscinas geotermales con vista a la bahía. Ve de junio a septiembre para ver más ballenas. Si vas en invierno, hasta puedes ver las auroras boreales mientras estás en el mar.

18. Dynjandi (Fjallfoss)
Dynjandi cae 100 metros por acantilados escalonados, formando un arroyo ancho y continuo. El nombre significa "estruendoso" y, mientras subes desde el aparcamiento, el sonido va de un susurro a un rugido que no te deja ni hablar. En esa misma subida desde el aparcamiento, pasas por seis cascadas más pequeñas que están genial: Hæstahjallafoss, Strompgljúfrafoss, Göngumannafoss, Hrísvaðsfoss, Hundafoss, Bæjarfoss.
Llegar aquí requiere ganas: 5 a 6 horas conduciendo por los remotos Fiordos Occidentales en carreteras que son en parte de grava. Lo aislado que está ayuda a que no haya tantas multitudes, así que es mucho más tranquilo que las cascadas llenísimas de la Costa Sur. Va más fuerte a finales de primavera cuando el deshielo alimenta el río. Lo puedes combinar con los acantilados de pájaros de Látrabjarg o con la playa roja de Rauðisandur si te vas a hacer la ruta completa de los Fiordos del Occidente.

19. Cañón Stuðlagil
Stuðlagil tiene algunas de las columnas de basalto más espectaculares de Islandia. Estos (casi) perfectos pilares hexagonales se elevan sobre un río turquesa, creando una vista que es difícil de superar, incluso en Islandia. Casi nadie sabía de su existencia hasta hace pocos años, cuando una presa bajó los niveles de agua y descubrió estas formaciones locas.
Está en el valle de Jökuldalur, en el este de Islandia. El lado este ofrece vistas más cercanas y un paseo más fácil, mientras que el lado oeste cuesta más, pero te da ángulos más interesantes. El contraste entre esas oscuras columnas geométricas y el agua azul brillante es súper llamativo. Ve en verano para pillar el agua más clara o en otoño, cuando los niveles más bajos hacen que las columnas se vean más.

20. Glymur
Glymur cae 198 metros en un cañón lleno de musgo, siendo la segunda cascada más alta de Islandia. El paseo incluye cruces de río (por un puente pequeño), pasos por cuevas y alguna que otra escalada por acantilados, lo que hace que el camino sea tan memorable como las cascadas en sí. Ida y vuelta te lleva de 3 a 4 horas y necesitas estar en una forma decente.
Está en el fiordo Hvalfjörður, una hora y cuarto al norte de Reikiavik. Ponen un puente de troncos sobre el río en junio y lo quitan en octubre, así que mira las condiciones antes de ir. Incluso si no puedes hacer todo el bucle, un paseo más corto también te da vistas buenísimas del fiordo. Es una de las pocas aventuras de senderismo así más complicadas cerca de la capital.

21. Vestrahorn y Stokksnes
Los picos dentados de Vestrahorn se alzan directamente desde dunas de arena negra, creando reflejos como los de un espejo cuando la arena se moja. La montaña está hecha de un tipo de roca diferente al de la mayor parte de Islandia, lo que le da un look gótico único que queda perfecto en fotos.
Tienes que pagar una pequeña entrada (unos 8 €) en el Café Viking para entrar, ya que está en tierra privada. Hay una réplica de un pueblo vikingo con algunas casas y edificios a medio terminar, que es un añadido cultural chulo. Lo construyeron para una película de 2010 y lo dejaron ahí. Ve por la mañana temprano o por la noche, porque la luz hace que la montaña brille. Está cerca de Höfn, así que puedes combinarlo con la laguna glaciar Jökulsárlón, que está a 1 hora y 20 minutos.

22. Aldeyjarfoss
Aldeyjarfoss es una cascada que fluye por un "teatro" natural de columnas de basalto retorcidas. La caída de 20 metros crea un contraste brutal entre agua blanca y roca volcánica oscura, mientras que una piscina turquesa abajo refleja todos esos patrones geométricos.
Está en las Tierras Altas del norte, cerca de la ruta Sprengisandur, por lo que necesitas conducir por una carretera de grava que la mayoría de los 4x4 pueden recorrer en verano. Como pasa con Dynjandi, estar tan aislado significa que vienen muchísimos menos visitantes que a las cascadas que están junto a la Ring Road. Las columnas se formaron por antiguos flujos de lava que se enfriaron a diferentes velocidades, creando estos patrones que también han inspirado la arquitectura islandesa.

23. Kerlingarfjöll
Kerlingarfjöll mezcla valles de vapor con montañas de colores. Estos picos de rojo-óxido tienen parches de verde y nieve, mientras el calor de bajo tierra crea manantiales burbujeantes y vapor que sale por todos lados. Las "Montañas de la Mujer Vieja" reciben su nombre del folclore sobre una troll convertida en piedra.
El hotel Highland Base cuenta con habitaciones sostenibles y sirve como punto de partida para los paseos por el valle geotérmico de Hveradalir. El bucle de 7 kilómetros, por aguas termales y colinas de colores, es súper remoto. Sientes que estás en otro mundo. Solo puedes llegar por la ruta Kjölur (o F35) en verano, y el lodge se llena rapidísimo para la temporada alta, que va de julio a septiembre.

24. Háifoss y Granni
Háifoss y su vecina, Granni, forman esta cascada doble que cae 122 metros en un cañón tallado por inundaciones ancestrales. El nombre significa "Cascada Alta". Cuando estés en el mirador, vas a entender por qué los vikingos no se complicaron con nombres raros.
Necesitas un 4x4 decente para la carretera F, pero han hecho mejoras recientemente que hacen que llegar sea más fácil. El entorno se siente increíblemente aislado a pesar de estar solo a 2 horas de Reikiavik. El viento es bastante fuerte en el borde del acantilado, así que agarra bien la cámara y ve con cuidado. Las vistas se extienden por el valle de Þjórsárdalur y hasta puedes ver el volcán activo Hekla.

25. Brúárfoss
Brúárfoss puede ser la cascada más azul de Islandia. El limo glacial crea este turquesa casi neón mientras el río se desploma sobre rocas cubiertas de musgo en múltiples caídas suaves. Es completamente diferente de las cascadas potentes de caída única de Islandia, mucho más pacífica.
Lo fácil que es el paseo de 1 kilómetro desde el aparcamiento (pagas 6€ por app) hace de esto un añadido perfecto entre Geysir y Gullfoss. El nombre viene de un puente antiguo del que aún puedes ver ruinas río arriba. La luz de la mañana hace que el azul del agua sea aún más espectacular, así que haz el esfuerzo de madrugar.

26. Cañón Mulagljúfur
Mulagljúfur esconde dos cascadas colgantes, Múlafoss y Hangandifoss, que caen sobre acantilados de 100 metros en un río turquesa. Paredes cubiertas de musgo y vistas de glaciar crean una atmósfera de fantasía que parece completamente virgen.
Está en el sureste de Islandia cerca del Vatnajökull. El paseo de 2 horas incluye cruces de río y algunas subidas empinadas para llegar a los miradores. El sitio se hizo popular hace poco por las redes sociales, así que aún es una de las joyas escondidas del país, con lo que eso conlleva. Presta mucha atención a la carretera o te vas a pasar el desvío en la Ring Road. Aparte de eso, cualquier coche puede hacer el viaje corto al aparcamiento. Descárgate mapas offline y no hagas el sendero solo.

27. Sigöldugljúfur
Sigöldugljúfur se gana el apodo de "Valle de Lágrimas" por las docenas de cascadas que caen desde acantilados en un río turquesa. Puedes contar entre 50 y 100 cascadas, dependiendo del nivel del agua. Es como lo que hace especial a la naturaleza junto en un sitio.
Necesitas un 4x4 para ir por la F208 y solo puedes ir en verano. El paseo dese el aparcamiento al mirador es de unos 10 minutos, y ofrece una de las vistas más fotogénicas de Islandia. El viaje incluye cruces de río y tramos chungos, pero eso forma parte de la aventura. La señal amarilla de carretera que marca cuándo tienes que girar es fácil de pasar por alto, así que estate atento.

28. Acantilados de pájaros Látrabjarg
Látrabjarg se extiende 14 kilómetros, siendo el acantilado de pájaros más grande de Europa, elevándose 440 metros sobre olas que se estrellan contra sus paredes, donde millones de aves marinas anidan en verano. Los frailecillos se llevan todo el protagonismo aquí, pero las vistas y el entorno no se quedan cortos. Puedes acercarte mucho a los pájaros (sin molestarlos) tumbándote en el suelo y moviéndote despacio.
El viaje lleva más de 6 horas por los súper remotos Fiordos Occidentales, con tramos en carreteras de grava, pero la recompensa es algo que no puedes conseguir en ningún otro sitio. Hasta 50.000 parejas de frailecillos anidan aquí de mayo a agosto, junto con otras aves marinas. Hay barreras de seguridad marcando los bordes de los acantilados, pero ten cuidado siempre. Es súper importante que no hagas nada que pueda molestar a los pájaros.

29. Cañón Kolugljúfur
Kolugljúfur corta esta garganta estrecha de 100 metros donde las cascadas fluyen a través de arcos naturales de basalto. Las historias locales dicen que la mujer troll Kola lo creó como su sitio de pesca, añadiendo un toque de folclore que nos encanta a todos y que le da a estos sitios un toque aún más interesante.
Está en el noroeste de Islandia, como una hora fuera de la Ring Road. El paseo a los miradores (puente mediante) es fácil y solo lleva 20-30 minutos, pero no por eso merece menos la pena. A pesar de ser accesible, viene menos gente que a las cascadas del sur, así que es un sitio perfecto para desconectar.

30. Rauðisandur
Rauðisandur se extiende 10 kilómetros como una impresionante playa de arena roja , donde trozos de conchas crean tonos dorados y rojizos que cambian con la luz y las mareas. Es completamente diferente de las playas negras típicas de Islandia, mucho más tranquila. Caminas rodeado de acantilados dramáticos y con la oportunidad de ver focas.
Llegar no es súper fácil, aunque las mejoras recientes han hecho la carretera más segura. Aún así, necesitas un 4x4 y tener cuidado. Durante la marea baja puedes ver los reflejos de las montañas de alrededor. Es algo que tienes que ver para entender. La playa está completamente en silencio, excepto por las olas, lo que la hace uno de los sitios más tranquilos de Islandia, especialmente durante los largos días de verano, cuando el sol no se pone hasta las 11 de la noche.

Planificando tu aventura islandesa
Islandia es increíble, pero te puede dar un susto si no vas preparado. El tiempo es súper impredecible, las carreteras pueden estar chungas, y muchas veces estás a horas de cualquier ayuda. Un poco de planificación marca la diferencia entre un viaje increíble y un desastre.
Cosas básicas para planificar:
- El tiempo cambia de soleado a tormenta en minutos, así que mira road.is todas las mañanas
- Las carreteras F cierran de octubre a mayo, y necesitas un 4x4 para ir por ellas
- La Ring Road está abierta todo el año, pero necesitas neumáticos de invierno en los meses fríos
- Las carreteras de grava te ralentizan muchísimo más de lo que piensas, como el doble del tiempo
- Todo parece más cerca en el mapa de lo que está en realidad
- No trates de verlo todo desde Reikiavik; quédate en diferentes zonas
- Reserva hoteles pronto para verano, los pueblos pequeños se llenan enseguida
Cosas del coche:
- Lee bien el seguro del alquiler, el daño por carreteras F normalmente no está cubierto
- Si no te apetece conducir por carreteras difíciles, reserva un tour en super jeep
- Los neumáticos de invierno son obligatorios por ley de noviembre a abril
- Llévate mapas en papel, el GPS puede fallar en zonas remotas
Ahorrar:
- Las piscinas públicas son muchísimo más baratas que los spas elegantes, e igual de relajantes
- Los precios de los restaurantes son brutales, cocínate cuando puedas
- Los albergues y pensiones cuestan mucho menos que los hoteles
- Muchos campings tienen cocinas y duchas calientes por poco dinero
- Compra en supermercados Bonus, son los más baratos
Cosas de seguridad:
- Descárgate mapas offline, la cobertura del móvil es un fatal en zonas remotas
- Dile a alguien dónde vas cuando te metas en las Tierras Altas
- Lleva comida extra, agua y ropa de abrigo por si te quedas tirado
- Descárgate la app de emergencia 112 Iceland en el móvil
- Llena el depósito cada vez que puedas
- No trates de cruzar ríos a menos que sepas muy bien lo que estás haciendo

Conclusión
Islandia tiene sitios naturales que no vas a olvidar jamás. Desde la Laguna Azul hasta los lugares salvajes de las Tierras Altas, hay algo aquí para todo el mundo. El truco está en hacer que lo que quieres coincida con la temporada idónea y en estar dispuesto a meterte en carreteras de montaña y de grava cuando el guión lo puda.
No trates de meter todo en un solo viaje. Islandia funciona mejor si vuelves, y correr todo el rato puede significar perderte los momentos tranquilos que muchas veces acaban siendo tus partes favoritas. Tanto si te quedas en las carreteras principales como si te metes en el interior, tómate tiempo para disfrutar de paisajes que no vas a encontrar en ningún otro sitio.

