Cascada Dynjandi: belleza atronadora en los Fiordos Occidentales
Si andas buscando una cascada espectacular sin las típicas aglomeraciones de turistas, Dynjandi en los remotos Fiordos Occidentales de Islandia es tu sitio. Esta cascada no es una más del montón; es una auténtica maravilla natural que hace honor a su nombre islandés, que significa "atronadora".
A diferencia de las cascadas más fáciles de visitar que hay por la Ring Road, Dynjandi premia a los aventureros que van a los Fiordos Occidentales con su estructura de siete niveles, un ambiente sereno y unas vistas que quitan el hipo.
¿Qué es Dynjandi?
Dynjandi, también conocida como Fjallfoss, es la joya de la corona de los Fiordos Occidentales de Islandia. Es muy diferente a la mayoría de cascadas, con una serie de siete saltos que van formando una especie de abanico, empezando con unos 30 metros arriba del todo y llegando hasta los 60 metros en la base.
La cascada parece un velo de novia o una escalera gigantesca, con el agua bajando 100 metros de escalones rocosos. Cada uno de los siete saltos tiene su propio nombre: Hæstahjallafoss en la parte de arriba, después Strompgljúfrafoss, Göngumannafoss, Hrísvaðsfoss, Hundafoss, Bæjarfoss, y por último el salto principal que es Dynjandi.
Lo que la hace tan especial, aparte de su tamaño impresionante, es cómo se va abriendo según cae el agua, creando esa forma de abanico que no vas a ver en otras cascadas islandesas. Y el ruido impresiona bastante también: un rugido constante y potente, que, como hemos dicho antes, hace que su nombre le quede que ni pintado.
Formación, geología y características principales
El aspecto tan único de Dynjandi viene de la particular geología de Islandia. Esta cascada se ha ido formando durante millones de años gracias a la actividad volcánica y la erosión.
Los Fiordos Occidentales están sobre algunas de las formaciones rocosas más antiguas de Islandia, que tienen entre 10 y 15 millones de años. En Dynjandi puedes ver capas de basalto (que es lava que se ha endurecido) mezcladas con rocas sedimentarias más blanditas. Cuando el agua pasa por encima de estas capas, el basalto, que es más duro, aguanta el tipo, mientras que las capas más blandas se van erosionando más rápido. Así se crean esos escalones que le dan a Dynjandi su carácter tan particular.
El agua viene del río Dynjandisá, que nace en las Tierras Altas y los glaciares de los Fiordos Occidentales. El caudal va cambiando según la época del año: en verano, con la nieve que se derrite y la lluvia, puede llegar hasta los 8 metros cúbicos por segundo, mientras que en invierno baja hasta aproximadamente 1 metro cúbico por segundo.
Si te fijas bien en los saltos, vas a ver las caras de roca que hay detrás del agua. Estas capas que están a la vista muestran la historia volcánica de Islandia, con unas líneas horizontales muy claras que marcan los diferentes períodos de erupciones.
Ubicación y cómo llegar a Dynjandi
Dynjandi está en el fiordo Arnarfjörður, en la región de los Fiordos Occidentales, bastante lejos de las rutas turísticas típicas. La cascada está a unos 360 km de Reikiavik, así que llegar hasta allí es toda una aventura.
La ruta principal es por la Vestfjarðavegur (Carretera 60), que va serpenteando por todo el paisaje de los Fiordos Occidentales. Tienes dos formas principales de llegar:
Desde Reikiavik:
- Distancia: 363 km (226 millas)
- Tiempo de conducción: Unas 5 horas
- Ruta: Coges la Ring Road (Ruta 1) hacia el norte desde Reikiavik, luego te pasas a la Ruta 60 en Búðardalur. Sigues por la Ruta 60 atravesando los Fiordos Occidentales hasta que llegues al desvío hacia Dynjandi.
Desde Ísafjörður (que es el pueblo más grande de los Fiordos Occidentales):
- Distancia: 80 km (50 millas)
- Tiempo de conducción: Hora y media más o menos
- Ruta: Sales hacia el sur por la Ruta 60 desde Ísafjörður, cruzando el puerto de montaña Dynjandisheiði.
Te vas a dar cuenta de que te estás acercando cuando veas las señales hacia Dynjandi o cuando tengas que girar en la Carretera 621. El tramo final es una carretera de gravilla cortita que te lleva al aparcamiento que está en la base de los saltos. Y desde ahí, toca ponerse las botas.
El aparcamiento en Dynjandi cuesta 750 coronas islandesas, y lo tienes que pagar a través de la app Glaze.
La caminata a Dynjandi
Desde el aparcamiento hay un sendero marcado que te lleva hasta la base de la cascada principal. La caminata dura unos 15 minutos y tienes que subir unos 200 metros de desnivel.
El sendero lo hicieron unos voluntarios en 1996, está un poco pedregoso, pero la mayoría de la gente en forma decente lo puede hacer sin problemas. Pasa por las seis cascadas más pequeñas, así que vas a tener un montón de sitios chulos para hacer fotos por el camino. Hay escalones de madera en algunas partes y senderos de gravilla en otras.
El sendero se puede poner resbaladizo, sobre todo cuando está mojado por las salpicaduras de la cascada, así que llévate zapatos que agarren bien. Pero te aseguro que merece la pena el esfuerzo.
Cosas que hacer en Dynjandi y por los alrededores
Dynjandi da para mucho más que hacer una foto rápida y largarse. Te cuento qué puedes hacer en la cascada y por la zona:
1. Fotografía
Dynjandi es una pasada para hacer fotos. Para conseguir las mejores fotos, ve por la mañana temprano o por la tarde, cuando la luz crea unos efectos preciosos en el agua. Utiliza un objetivo gran angular para pillar toda la cascada, y si haces exposiciones largas conseguirás ese efecto sedoso tan chulo en el agua. Llévate un trípode para esas fotos de exposición larga. La cascada se ve diferente desde cada ángulo, así que date una vuelta para encontrar diferentes perspectivas.
Es muy probable que la neblina de cerca de los saltos te moje la cámara, así que llévate algo para protegerla, como una funda de lluvia sencilla o una bolsa de plástico,
2. Senderismo
Aparte del sendero principal hacia la cascada, por la zona hay otras opciones para caminar y explorar el increíble paisaje. Tómate tu tiempo para ver cada uno de los saltos pequeños que hay por el sendero principal; cada uno tiene su rollo particular. Si te sientes aventurero, hay senderos no oficiales por la base que te permiten explorar la zona más a fondo, aunque ten cuidado porque el suelo puede estar resbaladizo.
Las vistas del fiordo Arnarfjörður desde los puntos más altos son una auténtica locura y merecen mucho la pena esa subida extra. En verano, fíjate en las plantas locales que crecen por aquí; hay musgos de todo tipo cubriendo las rocas, y helechos y flores silvestres que le dan color al paisaje volcánico.
3. Observación de Aves
Los Fiordos Occidentales están llenos de pájaros, especialmente en verano. Los acantilados cerca de Dynjandi son perfectos para que aniden las aves marinas. Busca frailecillos con esos picos tan coloridos que anidan en los acantilados de por aquí. Suelen estar desde mayo hasta agosto. Los charranes árticos vuelan por encima. Los reconocerás por sus gritos tan particulares y su vuelo tan elegante. Por el fiordo puedes ver gaviotas tridáctilas y araos, mientras que los cuervos suelen volar sobre los saltos, aprovechando las corrientes de aire.
Si te va lo de observar pájaros, llévate unos prismáticos para poder ver un montón de especies desde lejos sin molestarlas.
4. Picnic
En la zona del aparcamiento hay mesas de picnic donde puedes comer con unas vistas espectaculares. El agua de los saltos está limpia y se puede beber, así que llévate una botella para rellenar.
5. Atracciones de por aquí cerca
Ya que te has pegado el viaje hasta esta zona tan remota, aprovecha para visitar estos sitios que están cerca:
- Acantilados de Látrabjarg (124 km, 2 horas en coche): los acantilados de aves más grandes de Europa, donde viven millones de aves marinas, incluidos los frailecillos, en verano.
- Playa de Rauðisandur (100 km, 1,5 horas en coche): una playa preciosa de arena roja que contrasta una barbaridad con el mar azul.
- Ísafjörður (80 km, 1,5 horas en coche): el pueblo más grande de los Fiordos Occidentales, con museos, restaurantes y sitios donde quedarte a dormir.
- Museo Hrafnseyri (5 km, 10 minutos en coche): Un museo pequeñito sobre Jón Sigurðsson, que fue un líder importante en el movimiento de independencia de Islandia.
Mejor época para ir
La época del año que elijas para visitar Dynjandi puede cambiar completamente lo que te vas a encontrar.
Verano (junio-agosto)
El verano es lo mejor para la mayoría de los viajeros. El tiempo es más llevadero, con temperaturas entre 10 y 15°C, así que puedes caminar sin pasar frío. Tienes prácticamente 24 horas de luz gracias al Sol de Medianoche, lo que te da tiempo de sobra para explorar y fotografiar los saltos con diferentes tipos de luz. Es cuando la cascada tiene más caudal, así que la experiencia es la más impresionante, con el agua cayendo con fuerza por todos los niveles.
Todas las carreteras hacia Dynjandi están abiertas en verano, así que no tienes que preocuparte por cierres. El verano también es cuando los animales están más activos, así que tienes más posibilidades de ver pájaros y otros animales por la zona.
Primavera (abril-mayo)
La primavera te ofrece algo diferente, con menos gente, así que el ambiente es más tranquilo. El caudal va aumentando por el deshielo, así que la cascada empieza a mostrar más potencia después del invierno. Es cuando las aves migratorias empiezan a volver a la zona, así que es genial para la observación de pájaros. Eso sí, el tiempo y las condiciones de las carreteras pueden cambiar de un momento a otro, así que mira bien la previsión del tiempo y el estado de las carreteras antes de salir.
Otoño (septiembre-octubre)
El otoño trae esos colores otoñales tan chulos al paisaje alrededor de Dynjandi. El número de turistas baja un montón, así que tienes más tiempo para estar tranquilo con la cascada. Anochece antes y las noches son más oscuras, lo que aumenta las posibilidades de ver las auroras boreales sobre los saltos si el cielo está despejado. Eso sí, prepárate para temperaturas más frescas y días más cortos, que te van a limitar el tiempo para explorar.
Invierno (noviembre-marzo)
El invierno te enseña Dynjandi de una forma completamente diferente. Es probable que la cascada esté parcialmente congelada, lo que crea una mezcla súper chula de hielo y agua corriendo. Esta época te da las mejores oportunidades para ver las auroras boreales, con cielos oscuros y casi nada de contaminación lumínica. Vas a tener una tranquilidad absoluta, porque casi nadie visita los Fiordos Occidentales en invierno.
El problema es que las horas de luz son muy pocas (tan pocas como 4-6 horas en diciembre y enero), así que se te limita mucho el tiempo de turismo. El acceso por carretera se vuelve complicado o imposible sin vehículos especiales, y el caudal del agua baja hasta aproximadamente una cuarta parte del volumen de verano.
Acuérdate de que incluso en verano, los Fiordos Occidentales pueden ser fríos y ventosos, así que vístete por capas.
Qué ponerte para la visita
El tiempo en Islandia cambia constantemente, especialmente en los Fiordos Occidentales. Te digo lo que tienes que llevarte para tu viaje a Dynjandi:
- Zapatos de montaña impermeables con buen agarre: el sendero puede estar resbaladizo que da miedo
- Chaqueta impermeable: te vas a mojar con la neblina de cerca de los saltos
- Varias capas de ropa: incluso en verano, las temperaturas pueden ir de frescas a francamente frías
- Gorro y guantes: especialmente en primavera, otoño e invierno
- Gafas de sol: útiles en días soleados y para protegerte de la neblina
- Mosquitera: los mosquitos pueden ser un auténtico coñazo en verano
- Ropa que seque rápido: seguramente te vas a mojar al menos un poco
Acuérdate del dicho islandés: "Si no te gusta el tiempo, espera cinco minutos." Prepárate para sol, lluvia y viento, todo en el mismo día.
Mejores campings de la zona
Aunque acampar directamente en Dynjandi no está permitido, tienes varias opciones buenas por la zona:
Tjaldsvæðið Flókalundi (Camping Flókalundur)
- Distancia desde Dynjandi: 30 km (18,6 millas), media hora en coche hacia el sur
- Instalaciones: Sitios para tienda y autocaravana, baños, duchas, agua potable
- Lo mejor: Puedes usar el restaurante y la tienda del Hotel Flókalundur, y hay aguas termales cerca
- Abierto: De mayo a agosto
Camping Þingeyraroddi
- Distancia desde Dynjandi: 28,5 km (18 millas), 28 minutos en coche hacia el norte
- Instalaciones: Baños, duchas, electricidad, cocina, lavandería
- Lo mejor: Está en el pueblo de Þingeyri con vistas al fiordo Dýrafjörður
- Abierto: Todo el año
Camping Tungudalur (Ísafjörður)
- Distancia desde Dynjandi: 53 km (33 millas), 44 minutos en coche hacia el norte
- Instalaciones: Comodidades modernas incluyendo cocina, zona de comedor, Wi-Fi
- Lo mejor: Cerca de todos los servicios y atracciones de Ísafjörður
- Abierto: De mayo a septiembre
Si lo de acampar no va contigo, puedes quedarte en Ísafjörður, que tiene hoteles y casas de huéspedes, o en los alojamientos más sencillos de Flókalundur.
Por qué merece la pena visitar Dynjandi
En un país que es famoso por sus cascadas, Dynjandi destaca por un montón de razones:
Forma y estructura única
Su forma no se parece a ninguna otra cascada de Islandia, con esos niveles que se van ensanchando y esas cascadas que crean esa apariencia de velo de novia. La manera en que se va abriendo de arriba abajo crea una imagen que reconoces al momento y que es completamente diferente de las caídas uniformes de muchas otras cascadas famosas.
Una experiencia de paz
La tranquilidad que vas a encontrar aquí contrasta una barbaridad con las multitudes del sur de Islandia, y te permite conectar mucho más con la naturaleza. Mientras que en los sitios populares de la Carretera Circular puedes estar compitiendo por un hueco para hacer una foto, en Dynjandi muchas veces puedes encontrar momentos de auténtica paz, incluso en verano.
Un entorno que quita el hipo
El entorno le añade un montón de atractivo, con la cascada enmarcada por montañas y fiordos en todas las direcciones. El telón de fondo del fiordo Arnarfjörður crea un contraste alucinante entre el agua que cae y el paisaje tan salvaje, especialmente en días despejados cuando el agua brilla contra el basalto oscuro.
Un viaje de descubrimiento
Llegar a Dynjandi es como una aventura a través de la región más remota y posiblemente más bonita de Islandia. Conducir por esas carreteras costeras serpenteantes y puertos de montaña es una experiencia en sí misma, con vistas nuevas apareciendo en cada curva.
Una experiencia con muchas caras
Los múltiples niveles te ofrecen vistas y experiencias diferentes según vas subiendo, permitiéndote apreciar la cascada desde un montón de ángulos. Cada una de las siete cascadas tiene su propio carácter. Es como ver siete cascadas en una, con todo lo que eso aporta.
Un monumento natural en estado puro
Esta zona muestra la naturaleza salvaje en su mejor momento y ha sido monumento natural desde 1981, manteniendo su estado pristino. El estatus de protección ha ayudado a mantener la belleza natural de la cascada y todo el ecosistema que la rodea.
El paraíso de los fotógrafos
Para los que os va la fotografía, la mezcla de luz, neblina y la forma tan única de la cascada crea un montón de oportunidades para fotos que son difíciles de mejorar. La forma en que la luz le da al agua va cambiando a lo largo del día, ofreciéndote ambientes diferentes que capturar.
La puerta de entrada a los Fiordos Occidentales
Dynjandi también funciona genial como punto de partida para explorar otros tesoros de la región de los Fiordos Occidentales, desde acantilados llenos de pájaros hasta playas de arena roja. Su ubicación central la convierte en un punto de partida perfecto para una exploración más amplia de esta parte de Islandia que mucha gente se salta.
Conclusión
Dynjandi es uno de los puntos fuertes de los Fiordos Occidentales de Islandia, premiando a los viajeros con su belleza única y su presencia tan imponente. La forma tan particular de la cascada, su estructura de siete niveles y la tranquilidad relativa hacen que merezca muchísimo la pena el viaje.
Si quieres escapar de los autobuses de turistas y experimentar la fuerza bruta y la belleza de Islandia, pon Dynjandi en lo más alto de tu lista.