
Guía de viaje de las Islas Vestman (Vestmannaeyjar): todo lo que necesitas saber
Imagínate la escena: estás de pie sobre un volcán que entró en erupción hace solo 50 años, viendo millones de frailecillos volar alrededor de unos acantilados de infarto, mientras llega el olor a marisco fresco desde un puerto que por poco lo destroza la lava. Bienvenido a las Islas Vestman, uno de los rincones más alucinantes de Islandia del que la mayoría de la gente ni ha oído hablar.
Las Islas Vestman (que en islandés se llaman Vestmannaeyjar) están ahí mismo, al lado de la costa sur de Islandia, a unos 10 kilómetros de tierra firme. Se llega en un ferry que tarda solo 35 minutos desde Landeyjahöfn, así que las puedes meter perfectamente en cualquier ruta por Islandia. Estas 15 islas volcánicas tienen muchísimo más rollo del que te imaginas. Solo en Heimaey vive gente, unos 4.500 habitantes que han montado una de las comunidades más resistentes que vas a ver en tu vida.
Cómo Llegar a las Islas Westman
Llegar a las Islas Westman es bastante sencillo, aunque el tiempo a veces puede fastidiarte los planes.
Ferry: Tu opción principal
El ferry Herjólfur sale desde Landeyjahöfn, en la costa sur de Islandia. En verano (de mayo a septiembre) tienes entre 12 y 16 viajes al día, y el trayecto son solo 35 minutos. Los billetes para adultos cuestan unos 2.500 ISK (como 20 euros), y si quieres llevarte el coche son otros 3.750 ISK (30 euros), o 5.000 ISK (40 euros) si vas con una cámper algo más grande o autocaravana.
Ten en cuenta que Landeyjahöfn está a una hora y 40 minutos en coche desde Reykjavík. Construyeron este puerto específicamente para las islas y suele estar bastante tranquilo. Eso sí, reserva con tiempo en verano, sobre todo si coincides con el festival de agosto.
Cambios de ruta en invierno
De octubre a abril, cuando el tiempo se pone chungo, muchas veces tienen que usar el puerto viejo de Þorlákshöfn. Este trayecto es de casi 3 horas y puede ser bastante movido (llévate pastillas para el mareo si eres de los que se marea). Siempre mira el tiempo y las actualizaciones del ferry antes de viajar.
Vuelos: pocos pero rápidos
Eagle Air tiene vuelos desde el aeropuerto doméstico de Reykjavík hasta el aeropuerto de Vestmannaeyjar. Son 20 minutos de vuelo que cuestan entre 11.900 y 18.900 ISK (entre 90 y 150 euros) y las vistas desde ahí arriba son espectaculares. Pero ojo, que solo vuelan en temporada alta y dependen mucho del tiempo, así que los cancelan bastante por viento o niebla.
Consejos para reservar
- Reserva el ferry con una o dos semanas de antelación en verano
- Mira el tiempo siempre, porque si hay mucho viento cancelan tanto ferries como vuelos
- Si te quedas a dormir, reserva ya la vuelta para el día siguiente por si acaso el tiempo te la lía
- Durante el festival Þjóðhátíð, reserva con meses de antelación porque aquello se pone imposible

Principales cosas que hacer
Las Islas Westman tienen muchísimas más actividades de las que te esperas para un sitio tan pequeño.
Subir al volcán Eldfell
Esto tienes que hacerlo sí o sí. Se tarda como media hora en llegar al borde del cráter. Las laderas volcánicas rojas son súper fáciles de subir y desde arriba tienes unas vistas bestiales de Heimaey, el océano y el resto de islas. Lo más impresionante es que el suelo todavía está caliente en algunos sitios, o sea que después de 50 años aún notas el calor que sale. Llévate calzado que agarre bien y una chaqueta porque ahí arriba siempre hay viento.

Museo Eldheimar: la "Pompeya del norte"
Este museo está súper bien montado alrededor de una casa real que sacaron de debajo de la ceniza volcánica. Con pantallas interactivas te van contando toda la historia de la erupción, cómo evacuaron a todo el mundo de urgencia y cómo la gente consiguió rehacerse. Ves objetos personales que se conservaron y te das cuenta de lo cerca que estuvo esta comunidad de desaparecer del mapa. Te emociona y aprendes un montón; vale la pena pagar la entrada.

Observación de frailecillos y aves marinas en Stórhöfði
La parte sur de Heimaey tiene la colonia de frailecillos atlánticos más grande del mundo. De mayo a agosto puedes ir andando hasta los bordes de los acantilados y tienes miles de frailecillos anidando a unos metros de ti. Hay una plataforma de madera para verlos, pero no hace falta usarla porque hay frailecillos por todos lados. Llévate una cámara con buen zoom y prepárate para pasar horas viendo a estos bichos tan monos.

Tours en barco por la costa
Los tours en lancha rápida, como los de RIB boat tour, te llevan alrededor de las islas para ver acantilados marinos impresionantes, cuevas escondidas y la famosa Roca del Elefante, que parece literalmente un elefante bebiendo agua del mar. En algunos tours hasta tocan música en vivo dentro de las cuevas marinas y la acústica que se crea es brutal. También ves focas, y si tienes suerte ballenas y delfines.

Santuario de ballenas beluga SEA LIFE
Aquí trajeron dos ballenas beluga, Little White y Little Grey, desde un acuario de Shanghái para que vivan en un corral marino más natural. En el centro de visitantes te explican sobre la vida marina y la conservación, y a veces puedes ver las ballenas desde las zonas de observación o en los viajes en barco a la bahía Klettsvík.

Columpio de cuerda en el acantilado Sprungan
En verano los locales te enseñan el arte tradicional de bajar por los acantilados con cuerdas y hacer columpios. Esto no es para cualquiera; necesitas mucha práctica y entrenamiento. Pero ver las demostraciones está genial porque te enseña cómo los isleños bajaban a coger huevos de pájaros de sitios súper peligrosos.

Valle Herjólfsdalur
Este valle tan bonito, en la parte oeste de Heimaey, es donde se celebra el festival Þjóðhátíð cada agosto. El resto del año es un sitio súper tranquilo para hacer senderismo, con ruinas de una granja de la época vikinga y una réplica de una casa de césped que te enseña cómo vivían los primeros colonos. La forma de cuenco natural del valle lo hace perfecto para eventos al aire libre.

Lo mejor de la vida salvaje
Las Islas Vestman son uno de los mejores lugares del mundo para ver vida salvaje, sobre todo aves marinas.
La colonia de frailecillos más grande del mundo
Con entre 8 y 10 millones de frailecillos atlánticos que llegan cada verano, Heimaey tiene como el 20% de todos los frailecillos del mundo. Llegan en abril y se van a principios de septiembre y pasan el resto del año en alta mar. Están por todas partes: flotando en las olas, llegando a la orilla con los picos llenos de peces, o tirándose desde los acantilados.
Los mejores sitios para verlos están en la península de Stórhöfði, donde hay montones de ellos que hacen nidos en las partes altas y verdes de los acantilados. También ves araos, gaviotas tridáctilas, fulmares, alcas y charranes árticos. Llévate prismáticos, aunque la verdad es que los pájaros están tan cerca que igual ni los necesitas.

Observación de ballenas y delfines
Las zonas de pesca tan ricas que hay alrededor de las islas también atraen a criaturas marinas más grandes. En verano muchas veces ves ballenas jorobadas, rorcuales blancas y rorcuales comunes. Las orcas aparecen durante todo el año, y los delfines de hocico blanco muchas veces juegan al lado de los barcos. Las focas comunes se quedan en las rocas cerca del puerto, están súper acostumbradas a la gente y no suelen largarse cuando te acercas.

Surtsey: Patrimonio Mundial de la UNESCO
Justo al sur de Heimaey se encuentra la isla Surtsey, que emergió del mar entre 1963 y 1967, creando tierra nueva que ahora está protegida para la ciencia. Solo pueden aterrizar ahí los investigadores, pero la ves desde los tours en barco o desde los vuelos. Es flipante pensar que estás mirando tierra que hace 60 años no existía.

Mejores épocas para la vida salvaje
La temporada de frailecillos va de mayo a agosto, siendo junio y julio el zénit. Para ver ballenas y delfines es mejor verano, aunque las orcas pueden aparecer cuando sea. El "rescate de frailecillos" anual tiene lugar en agosto y septiembre. Cuando los frailecillos jóvenes se lían con las luces del pueblo y se estrellan en las calles, los niños los recogen y los sueltan al amanecer.

Dónde Dormir en Heimaey
No tienes muchísimas opciones, pero hay algo para todos los bolsillos y gustos.
Hoteles
El Hotel Vestmannaeyjar es el hotel principal de la isla. Está en pleno centro, con 36 habitaciones modernas, spa y un restaurante muy bien. Las habitaciones van desde dobles normales hasta suites con vistas al océano. Es caro (entre 28.000 y 45.000 ISK por noche), pero tiene las mejores instalaciones y está en el mejor sitio.
El Hotel Eyjar es más pequeño y más barato, cerca del campo de golf, con un estilo escandinavo sencillo y desayuno continental. Está como a un kilómetro y medio del pueblo, pero tiene aparcamiento gratis y servicio de transporte.
Casas de huéspedes y apartamentos
Hay varias casas de huéspedes familiares que están muy bien de precio, con cocinitas y trato personalizado. En Guesthouse Hamar tienes vistas al mar y desayuno casero, y Lava Guesthouse está más cerca de los acantilados de frailecillos y tiene terrazas con jardín y bicis gratis. Cuenta con pagar entre 15.000 y 32.000 ISK por noche.
Los apartamentos con cocina son clave para estancias más largas, porque puedes preparar tu propia comida y ahorrar dinero.
Glamping y camping
El camping Herjólfsdalur abre de mayo a septiembre en el valle tan bonito. El camping básico cuesta unos 5.000 ISK por noche, y las cápsulas de glamping con camas y calefacción van de 15.000 a 25.000 ISK. El sitio es precioso, pero en agosto, cuando hay festival, aquello es la locura.
Mejores zonas y consejos para reservar
Quédate en el centro del pueblo si quieres poder ir andando a los restaurantes, museos y al puerto. Vete más a las afueras si prefieres algo más tranquilo y con mejor acceso a la naturaleza. Reserva con uno o dos meses de antelación para el verano y de tres a seis meses si vienes durante el festival Þjóðhátíð, porque se agota todo.
Mejores sitios para comer y beber
Las islas tienen una comida muchísimo mejor de lo que te esperas para un sitio tan pequeño y se centran en marisco súper fresco.
Alta cocina
Slippurinn es el que más destaca. Es un restaurante nórdico nuevo en un antiguo taller de barcos que sirve menús de degustación con algas que recogen ellos, bacalao local y preparaciones súper creativas.
Sitios más normales y familiares
GOTT Restaurant ofrece platos saludables hechos desde cero, como el eglefino salteado y el estofado de cordero, en un ambiente familiar muy guay. Los dueños van cada día a la lonja del puerto a por pescado fresco.
Tanginn tiene comida rápida y para llevar, como bocadillos de marisco fresco y especialidades locales.
Restaurantes de hoteles
Einsi Kaldi Restaurant en el Hotel Vestmannaeyjar hace fusión europea-islandesa elegante con maridajes de vino que están muy bien. Te viene genial si te alojas en el hotel y quieres cenar bien sin salir.
Cafeterías y panaderías
Vigtin Bakhús hace pan fresco, pasteles y el famoso "pan Eldfell", un pan de centeno elaborado con el calor volcánico del suelo, que todavía está caliente. Pásate a tomar café y probar las delicias locales recién horneadas.
Cerveza artesanal
Brothers Brewery hace cervezas locales que pegan muchísimo con el marisco. Las encuentras en restaurantes por toda la isla.
Especialidades locales
- No te pierdas la cigala (langosta islandesa) que pescan en aguas locales
- El frailecillo ahumado es un plato tradicional, pero también es polémico porque preocupa la conservación y, seamos sinceros, porque son monísimos
- El bacalao fresco, eglefino y pescado de temporada representan toda la tradición pesquera de las islas
- En muchos restaurantes sirven pan horneado con el calor del Eldfell, que es una experiencia local única

Consejos prácticos
Visitar una isla siempre es un poco más lioso que ir por tierra firme, así que planificar bien es clave.
Tiempo y temporadas
En verano (junio-agosto) es cuando mejor tiempo hace, los días son más largos y está todo abierto. Es la mejor época para los frailecillos, pero también cuando hay más gente. En primavera y otoño hay menos turistas, pero igual algunos servicios están cerrados. Ir en invierno es jugársela un poco con el clima, pero tienes las islas prácticamente para ti solo.
Ve con capas porque el tiempo cambia de un momento a otro. En verano las temperaturas van de 10 °C a 15 °C y siempre hay viento. El chubasquero es imprescindible todo el año.
Qué llevar
Lleva botas de montaña impermeables y que agarren bien para subir los volcanes y andar por acantilados. Abrígate por capas, incluso en verano (chubasquero y cortavientos). No te olvides del equipo de fotos con pilas de repuesto (el frío las agota súper rápido) y pastillas para el mareo si eres sensible al movimiento del barco.
Las gafas de sol y la crema solar son imprescindibles. La mezcla del reflejo del mar y el viento te puede pillar por sorpresa. Los prismáticos van genial para ver la vida salvaje, pero no son súper necesarios porque muchas veces los animales están súper cerca.
Moverte por la isla
El pueblo de Heimaey es pequeñito y se puede hacer andando. La mayoría de hoteles, restaurantes y el puerto los tienes a tiro de piedra. Para ir a sitios como Stórhöfði o el valle Herjólfsdalur puedes alquilar bicis, coger taxis locales o traerte el coche en el ferry.
Hay taxis, pero pocos. Las bicis de alquiler van de lujo para explorar los acantilados de frailecillos y las rutas de senderismo cuando hace buen día. Si traes coche, aparcar no es gratis, pero hay poco sitio cuando hay mucha gente.

Historia y cultura
Las Islas Westman tienen una de las historias más flipantes de Islandia, mezclando tragedia con una resistencia impresionante.
La erupción de Eldfell de 1973: el mayor desastre de Islandia
El 23 de enero de 1973, a la 1:42 de la madrugada, se abrió una grieta enorme a solo 300 metros del centro de Heimaey. El volcán Eldfell empezó a escupir lava y ceniza, y tuvieron que evacuar a las 5.300 personas de la isla en una noche. Gracias a Dios, los barcos pesqueros estaban en el puerto por mal tiempo, así que pudieron llevarse a todo el mundo a un sitio seguro.
Durante meses, la lava amenazó con cerrar la entrada del puerto, lo que habría acabado con la pesca y con el pueblo. En una proeza de ingeniería brutal, usaron bombas enormes para echar agua de mar sobre la lava mientras se movía, enfriándola y cambiando su dirección. Salvaron el puerto, aunque unas 400 casas quedaron enterradas bajo lava y ceniza.
La erupción terminó en julio del 73 y casi toda la gente volvió para reconstruir. Hoy puedes caminar por la "Pompeya del Norte", ver casas desenterradas que todavía están llenas de ceniza y subir al Eldfell para ver el interior del cráter. El suelo aún está caliente en algunos sitios.
La incursión pirata de 1627: un capítulo muy oscuro
En 1627, unos piratas del norte de África asaltaron Heimaey en lo que se conoce como los "Secuestros Turcos". Mataron a muchos y se llevaron a 237 isleños para venderlos como esclavos en Argelia. Solo 27 personas consiguieron volver a casa. Este ataque destrozó a la comunidad y sigue siendo uno de los peores eventos de la historia de Islandia.
Sprangan: el arte del columpio en acantilados
Durante cientos de años, los isleños recogían huevos y plumón de pájaros de acantilados súper empinados usando cuerdas. Esto se convirtió en sprangan, que básicamente es rapel (o columpio con cuerda), y ahora se enseña a los niños como deporte y tradición. Puedes ver demostraciones en verano y hasta puedes intentar hacerlo si eres valiente (con ayuda profesional).
Þjóðhátíð: La fiesta al aire libre más grande de Islandia
Cada agosto, desde 1874, las islas celebran el festival Þjóðhátíð en el valle de Herjólfsdalur. Lo que empezó como una fiesta local porque el mal tiempo no les dejaba ir al festival nacional de Islandia se ha convertido en la celebración al aire libre más grande del país. Miles de islandeses acampan en el valle durante un fin de semana de música, hogueras y fiesta a tope.

¿Por qué venir a las islas en vez de ir a otros sitios del país?
¿Por qué tienes que venir? Por cuatro razones gordas. Primera, porque aquí vas a ver la colonia de frailecillos atlánticos más grande del mundo. Estamos hablando de entre 8 y 10 millones de aves en verano.
Segunda, porque puedes caminar sobre un volcán que erupcionó en 1973, que creó tierra nueva y casi entierra un pueblo entero.
Tercera, las islas tienen algunos de los mejores mariscos de Islandia, desde langosta fresca hasta platos locales que no encuentras en ningún otro sitio.
Y cuarta, esta comunidad tan unida ha mantenido tradiciones e historias vivas que te van a enseñar una cara de Islandia totalmente diferente.

Conclusión
Las Islas Westman tienen que estar sí o sí en cualquier viaje a Islandia, aunque solo tengas tiempo para una excursión de un día. ¿Dónde más puedes caminar sobre un volcán de 50 años, acercarte a millones de frailecillos y conocer una comunidad que literalmente volvió del desastre?
